Cuidar la microbiota te ayuda a mejorar los síntomas de la menopausia

Estudios recientes asocian el estado de la microbiota intestinal con los niveles de hormonas sexuales femeninas.

¿Cómo promover su equilibrio en la menopausia?

En los últimos años, se han ampliado las investigaciones que asocian el equilibrio de la microbiota con una mejora de los síntomas de la menopausia. Se ha observado que este conjunto de bacterias intestinales interfiere en la actividad de las hormonas sexuales. De hecho, su equilibrio parece aportar beneficios adicionales.

Hay que recordar que la menopausia es un proceso biológico en el que los ciclos menstruales de la mujer cesan de forma permanente. Si bien forma parte del proceso de envejecimiento, trae consigo una serie de síntomas que suelen afectar la calidad de vida.

¿Por qué cuidar la microbiota ayuda a su control?

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Síntomas de la menopausia

La menopausia trae consigo una serie de manifestaciones clínicas que resultan incómodas para la mujer. Algunos de sus síntomas más comunes son los siguientes:

  • Sofocos.
  • Sudores nocturnos.
  • Sequedad vaginal.
  • Aumento de peso.
  • Cambios de humor.
  • Cambios en los patrones de sueño

Se estima que la mujer pasa alrededor de un tercio de su vida con la menopausia, que ocurre a los 50 años aproximadamente. En la transición a esta etapa, los cambios hormonales suelen elevar el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Además, muchas de estas aparecen entre 10 y 15 años después de la menopausia, como es el caso del sobrepeso, la diabetes, la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la demencia, entre otras.

Por todo lo anterior, la llegada a este nuevo ciclo supone un momento importante para adoptar estrategias que ayuden al cuidado de la salud. Entre esto, los hábitos que ayudan a mantener la microbiota sana desempeñan un rol importante.

Mantener sana la microbiota ayuda a mejorar los síntomas de la menopausia

El papel de la microbiota en la salud ha sido un tema de investigación científica desde hace varias décadas. Es así como en los últimos años se han desarrollado estudios que asocian su actividad con los síntomas que aparecen tanto en la premenopausia como en la menopausia y la posmenopausia.

La microbiota es una colección de billones de microorganismos, entre los que se incluyen las bacterias, los hongos, los virus y otros microbios. Concretamente, la microbiota intestinal es la población más grande y diversa de microorganismos en el cuerpo humano. Esta desempeña un papel relevante en la digestión, la salud inmunitaria y la salud en general.

Y es que se ha observado que, con el paso del tiempo, este grupo de microorganismos sufre cambios, mediados por los hábitos, el estilo de vida, los cambios hormonales e incluso las enfermedades.

Aquellas mujeres que consiguen mantener una microbiota intestinal diversa suelen experimentar menos síntomas en la menopausia. Incluso, esto parece reducir el riesgo de enfermedades al llegar a esta etapa.

Relación entre la microbiota y las hormonas sexuales femeninas

Un estudio compartido a través de International Journal of Women’s Health explica la influencia que tienen los niveles de hormonas sexuales femeninas con la composición de la microbiota. Según la publicación, las fluctuaciones hormonales que se dan en la menopausia están vinculadas a una menor diversidad de microbiomas intestinales.

Dado el contacto íntimo que tiene la microbiota con el sistema inmunitario, las alteraciones que se producen durante la menopausia son un factor de riesgo de varias enfermedades, entre las que se destacan las metabólicas, las inmunitarias y las cardiovasculares.

No obstante, los investigadores observaron que se trata de una relación bidireccional. ¿Qué quiere decir esto? Pues bien, que la microbiota intestinal también participa en la regulación de los niveles de hormonas circulantes libres.

Dicho de otro modo, cuidar la microbiota y promover el equilibrio de los microorganismos que la componen resulta positivo para minimizar el impacto de la disminución de hormonas como los estrógenos.

En particular, se ha determinado que el estroboloma —un conjunto de genes bacterianos que pertenecen a la microbiota— está involucrado en la regulación de los estrógenos.

Promover el equilibrio de los estrógenos no solo es positivo para reducir el riesgo de enfermedades crónicas en la menopausia y posmenopausia. También favorece la disminución de síntomas comunes como la sequedad vaginal, los cambios de humor, los sofocos y los sudores nocturnos.

Antes de la menopausia el microbioma es más diverso. Con la menopausia, por los cambios hormonales, esta diversidad de bacterias disminuye. Estos cambios en el microbioma intestinal se han asociado con un mayor riesgo a enfermedades cardio-metabólicas, pérdida del perímetro abdominal, presión de la sangre (tensión) alta entre otras.

También es importante la microbiota vaginal

La microbiota vaginal es la comunidad de microorganismos que viven en la vagina. Un estudio divulgado por Nature Microbiology destaca la importancia de promover su equilibrio para mitigar algunos de los síntomas de la menopausia.

Precisa que la restauración de bacterias como los lactobacilos no solo son claves para reducir la sequedad vaginal y otras molestias vaginales, sino que desempeñan un papel protector en el tracto urinario. Así, reduce el riesgo de disuria e infecciones urinarias recurrentes, que suelen ser frecuentes entre las mujeres posmenopáusicas.

A la fecha, las investigaciones sobre la microbiota y su relación con los síntomas y las complicaciones de salud en la menopausia siguen en curso. No obstante, los hallazgos observados hasta el momento sugieren que la restauración de esta población bacteriana puede ser un enfoque útil para mejorar la calidad de vida de las mujeres antes, durante y después de la menopausia. 

¿Cómo promover el equilibrio de la microbiota para mejorar los síntomas de la menopausia?

Si bien muchos factores pueden detonar un desequilibrio de los microorganismos que componen la microbiota, también hay algunos hábitos que ayudan a mantenerla sana. En este sentido, una revisión compartida a través de la revista Nutrients expone que la dieta y el control del estrés resultan determinantes.

En menor medida, pero no menos importante, hacer ejercicio y evitar malos hábitos, como el consumo de tabaco, alcohol y drogas, también puede ayudar. Para precisarlo con más detalle, algunas recomendaciones son las siguientes:

  • Incrementar el consumo de probióticos. Son microorganismos vivos que pueden conferir beneficios para la salud cuando se consumen en cantidades adecuadas. Se pueden encontrar en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut, entre otros, así como en suplementos.
  • Aumentar la ingesta de prebióticos. Que son fibras no digeribles que promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. Se pueden encontrar en alimentos como los plátanos, los granos integrales, las bananas, las hortalizas de hoja verde, las cebollas, el ajo, la soja y las alcachofas.
  • Consumir más proteínas de origen vegetal. Estas promueven el crecimiento de especies de bacterias como las bifidobacterias y los lactobacilos, a la vez que neutraliza el crecimiento de bacterias patógenas. El ejemplo más conocido es la proteína de soja.
  • Practicar técnicas de relajación. Dado que el estrés es uno de los principales factores asociados a la alteración de la microbiota, resulta conveniente practicar técnicas como la meditación, el yoga, los masajes, los ejercicios de respiración, entre otros métodos de relajación.
 

Algunos suplementos pueden ser complementarios

Los simbióticos contienen probióticos complementarios e ingredientes prebióticos que interactúan para proporcionar un efecto sinérgico hacia el mantenimiento de una población microbiana deseable en el intestino.

Los nutracéuticos son componentes naturales de los alimentos (como isoflavonas y fitoestrógenos) que pueden liberarse durante la digestión y, por lo tanto, también podrían ayudar.

La terapia de reemplazo hormonal no es la única alternativa en la menopausia

Durante décadas, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) ha sido el pilar a la hora de abordar los síntomas de la menopausia. De hecho, se considera el tratamiento más efectivo. Pero debido a las preocupaciones sobre sus posibles efectos secundarios, se han desarrollado otras estrategias para mejorar la salud de la mujer en esta etapa.

Así las cosas, los resultados de varios estudios sugieren que adoptar estrategias para mantener la microbiota saludable puede ayudar. El microbioma intestinal, con su capacidad para regular estrógenos, progesterona y otras hormonas, puede desempeñan un papel clave durante la menopausia y la posmenopausia.

Con estos hallazgos, se recomienda llevar un estilo de vida que ayude a promover el crecimiento de estas bacterias saludables. La ingesta de probióticos y prebióticos, así como el control del estrés, son claves para lograrlo.

Referencias

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